Virginia Durán Campollo / No puede equivocarse, ni por equivocación. Andrés Manuel López Obrador, se confunde. Trata con “un México con hambre, sed de justicia” y sangriento. No se asemeja en nada a la Madre Teresa o a Gandhi. Su discurso de paz y amor, no pega. Exculpa a criminales, bandoleros, corruptos. A las miles de familias que buscan, desde años, a sus seres queridos desaparecidos, ultrajados, asesinados, secuestrados – quienes aún esperan cuando ha pasado mucho tiempo- no puede decirles, que perdonará a sus exterminadores. Esas familias, destrozadas por la ausencia. Quienes ya padecen varias enfermedades como diabetes, insomnio, esquizofrenia, ansiedad, descontrol en todos sentidos. Las cuales se han desintegrado por obvias razones, pues los padres en su afán descuidan a los demás integrantes que necesitan de ellos. El país no está en bancarrota- sería mejor- se encuentra en desesperación, miedo, angustia, dolor mucho dolor por lo que abate. Es un infierno que no entienden, porque no lo viven en carne propia.
*** Gobernantes frívolos, alejados de las necesidades de la población. No lo pudieron entender nunca. Es la violencia extrema, que encarcela; los miles de muertos; los cráneos; la ropa de bebes, niños, jóvenes, ancianos en las fosas comunes; los transportes llenos de cadáveres, que pasean por las avenidas de la ciudad, con decenas de muertos en frigoríficos. ¡Qué es esto! Una caravana macabra, que traslada las almas de quienes fueron hijos, nietos, hermanos, primos, esposos. Están las víctimas, pero no los victimarios. Son años de exigir justicia y nadie escucha. Que puede importar lo del aeropuerto, el turismo, la economía, la política cuando se sangra por lo herida diariamente. Vivimos bajo el control y mando de la delincuencia organizada y los narcos gobiernos, que exigen pago de piso para sobrevivir en todos sentidos. Quienes secuestran, para pedir millonadas que la mayoría no tiene y aunque lo consigan, les devuelven cadáveres.
***AMLO se contradice peligrosamente y existe el concepto de que “no es la cuarta transformación, sino una transformación de cuarta”. Lo que México padece, está de sobra expuesto. Los responsables están en los poderes Legislativo, Ejecutivo y Judicial. Han sido y son permisibles. Cobijan al hampa y son productores de la misma, a través de la función pública. Si se mantiene la irresponsabilidad de la administración a gobernar, no tenemos buenas noticias para la Seguridad Pública. Este país debe ser gobernado con testículos, voluntad política y compromiso social. No con actitudes “amorosas”, que demuestran tibieza o chunga, las cuales están sin contexto. López Obrador debe dejar la campaña eterna y aterrizar. Lo quería, lo tiene. Ahora que demuestre con hechos no con pantomimas, que es el estadista que éste país necesita urgentemente. Ni perdón, ni olvido. No lo tendría si le violaran un hijo-otro hombre- alguno de estos seres endemoniados, que han sembrado de pánico a la Nación y convertido el territorio en una fosa común, de extremadas dimensiones. La más grande de Latinoamérica. Definitivamente no la tienen todas, con ellos. Crece la desconfianza y están tentando al Tigre.
*** Ayotzinapa, 2 de octubre, Tlatelolco, los terremotos del 85 y 2018, los desaparecidos, secuestrados, ultimados y demás forman un rosario, que no termina. Un país que permite que su niñez y juventud sea masacrada, nada bueno puede esperar. Los gobiernos que lo han consentido, demuestran omisión, contubernio, complacencia. La ausencia de la ley y el orden, abruma. Hay que prevenir y cuidarnos, tal vez hacer justicia por propia mano exclaman muchos.
*** Y para las agruras del mole…usted sabrá qué tomar. Hasta la próxima.
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