Pues la viralización de esa fotografía funcionó por lo que Carlos recibió muchas ofertas de trabajo, al final se decidió por un trabajo en una fábrica de vidrio donde lo van a capacitar y le van a dar trabajo de planta. Carlos se reunió con Eugenia, su benefactora, y le dio un abrazo grande para agradecer el gesto de ella, quien se sintió muy conmovida por la solidaridad de los argentinos.
Carlos explica: «Hacía cuatro meses que estaba buscando trabajo y no se me daba. No tenía ni una moneda, ni siquiera 10 pesos. Tuve que esperar dos semanas para cargar la tarjeta del colectivo».
Ahora Carlos se siente optimista: «Estoy intrigado. Acepté porque me llamó la atención que voy a tener un trabajo fijo, en blanco, ya no voy a estar preocupado si mañana voy a tener trabajo o si me compro una zapatilla voy a poder pagarla». Para estas buenas cosas son las redes sociales, no para agredirnos entre nosotros.