Además, cuando el Gobierno Federal decidió sacar a los granaderos para golpear salvajemente a las maestras y maestros que no estaban de acuerdo con la Reforma Educativa, y por lo tanto no querían evaluarse, el sindicato y sus líderes nuevamente guardaron silencio. Es más, como Judas Iscariote, aceptaron dinero para promover las “bondades” de la reforma que los maestros rechazaban en la mayor parte del país.
Ahora entiende porqué no son bienvenidos en los Foros de Consulta Nacional. Los maestros tienen memoria, no olvidan los agravios de la institución que debió defenderlos. Hoy, a menos de 100 días de echar abajo la Reforma Educativa, los maestros ya no necesitan que los defiendan. Es más, tenga por seguro que aún están haciendo las cuentas para cobrar la factura pendiente al sindicato que tiene por lema: «Por la educación al servicio del pueblo».