Salvador Muñoz / Así como cuando ocurren fenómenos singulares como es un eclipse o el paso del cometa Halley, bajo el riesgo de equivocarme, en el PAN estaría pasando un caso similar, que es pocas veces visto: que el actuar líder haga un 1-2 con su equipo en la dirigencia estatal y en la secretaría general, tras la ascensión del “Cariño” Omar Miranda después de que Carlos Valenzuela pidiera “licencia” del cargo partidista para contender por el mismo puesto en la contienda interna que se avecina entre blanquiazules.
II
Hay quienes hablan de división interna dentro del partido ante la proximidad de la renovación de la dirigencia, y están en lo cierto… hay una división natural, propia de quienes juegan en política, cuando se trata de asumir un poder, sea del tamaño que sea.
Por ello, ya se ha citado que hay el grupo de Mancha quien pretende repetir en el cargo teniendo en su score dos ganadas y una perdida. También anda por de canto, el grupo de los Yunes, que al estar al frente del Gobierno, igual tienen voz y voto. Ni se diga el del Chapito Guzmán, a quienes algunos enfilan a ser el retador de Pepe Mancha en esta ronda que se avecina. Y ya por allí aparecen que Julen Rementería (al que coligan con Mancha, sin ánimos de ser sarcástico); Enrique Cambranis, quien juegue con quien juegue, dicen que gana; Víctor Serralde, el que hasta el momento tiene rato que no se asoma, y el famoso Grupo Xalapa, de donde es “el Cariño”, el cual es obvio saber de parte de quién está.
III
Por su parte, hay quienes creen que el Chapito y Yunes harán el 1-2, por supuesto, aplicando la misma estrategia que cuando salió Domingo Bahena: poner a una gente de la confianza de Yunes Linares en la secretaría general como se hizo en su momento con Carlos Valenzuela. Hasta allí, la estrategia de equipos pudiera sonar lógica hasta que se empezó a hablar dentro del PAN de una fisura ¡entre los Yunes!, la que aparentemente ya fue resanada… aparentemente insisto… pero bueno, eso es lo que ven algunos de acuerdo a ciertos comentarios, reacciones y exhibiciones que fueron puestos en el aparador en espera de que quien tuviera que verlos, los viera.
Primera señal) Esto comienza creo que el martes, cuando el diputado federal pluri Carlos Valenzuela, anuncia esa “licencia” como secretario general del partido, como ya se ha dicho, para contender de nuevo por el mismo cargo.
Segunda señal) Este miércoles pasado, muy tempranito, el gobernador Miguel Ángel Yunes Linares da este mensaje: “Hoy rompí mi récord de 5 kilómetros en 28 minutos. Como siempre, mi leal amigo José Antoio me acompañó a correr en el Estadio Xalapeño”.
A lo mejor se emocionó tanto el mandatario estatal por su récord para que algo tan habitual como el que José Antonio “El Caballo” Meléndez Galarza sea su compañero de ejercicio, lo haya llevado a enmarcar su foto y enfatizar lo siguiente: “mi leal amigo”… pero para otros, era un mensaje ¿para Carlos Valenzuela?
IV
¿Por qué algunos consideran que algo pasó entre los Yunes para que “El Caballo” Meléndez fuera marcado por el fierro de “mi leal amigo”? El hecho de que Carlos Valenzuela quiera ser de nuevo el 2, cuando en la naturaleza de cualquier político, se trata de seguir subiendo y no quedarse en el mismo sitio. ¿Acaso la secretaría general estaba apuntalada para “El Caballo” al lado del Chapito?
El asunto es que hay quienes juran que en una de ésas, el Chiquiyunes pactó con Pepe Mancha y puso a su pieza: Carlos Valenzuela.
Tercera señal) Aparece discreto, sin hacer mucho ruido, Miguel Ángel Yunes Márquez, al lado de su padre, durante la entrega de la medalla Ignacio de la Llave… ¿limaron asperezas? ¡Quién sabe! Pero será al final de la contienda del PAN, cuando se vea el 1-2 de la dirigencia estatal, si prevaleció el Gallo del Chiquis, o el Caballo del Gobernador… o ninguno de los dos.
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