La frase de López Obrador con la que funda su República Amorosa: «Olvido no, perdón sí» no ha caído muy bien en el ánimo de muchas personas. Los familiares de las víctimas, de desaparecidos, buscan que los crímenes en contra de sus familiares no queden impunes. En esencia esa premisa genera muchas dificultades, sobre todo porque no se conoce el nombre y apellido del asesino material y sólo se tienen sospechas sobre los asesinos intelectuales.
A pesar de ello, frente a López Obrador, las madres de los desaparecidos quieren justicia. Andrés Manuel, el “amoroso”, ya dijo que él no busca venganza, las madres ya le dijeron que ellas tampoco buscan venganza, pero que exigen justicia. Ahí fue donde la puerca torció el rabo, por lo que AMLO tuvo que modificar un poco su discurso: «Respecto a los que dicen: ‘Ni perdón, ni olvido’, pero tengo otra convicción y podemos ponernos de acuerdo».
Apelando a que van a pedir consejo a la Organización de Naciones Unidas, el presidente electo de México reculó: «No se les va a cerrar la puerta a nadie; no vamos a tapar ningún caso, no va a haber impunidad. Queremos que todo sea transparente».
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