Los diputados de Morena cacarean el huevo y a la gallina ni siquiera la ha pisado el gallo. O como dicen los españoles, ya se están peleando por el precio que le van a poner a las aceitunas y aun no las han sembrado. Y es que el propio presidente electo dijo que va a derogar la Reforma Educativa tan pronto entre en funciones. Los conocedores de las leyes saben que para quitar los candados de la Reforma Educativa y el conjunto de leyes internas, es necesario cumplir con un proceso legal que requiere el involucramiento de una petición del Ejecutivo federal, y ésta a su vez ser revisada en las dos cámaras, que después de analizarla y aprobarla, se tiene que mandar a los congresos estatales.
Es cierto que los maestros aprecian los intentos de echar abajo la evaluación docente por parte de los diputados, no obstante, el punto de acuerdo que unió a todos los diputados morenistas para hacer un exhorto a la SEP y al INEE fue un poderoso misil de papel que estos organismos ignoraron olímpicamente. La muestra fotográfica y las declaraciones del diputado Mario Delgado, presidente de la fracción morenista, diciendo que no quedara ni una coma de la Reforma Educativa, sólo son estrategias mediáticas.
Lo que se debe hacer es tener paciencia, dejar que el próximo titular de la SEP, Esteban Moctezuma, recopile todas las impresiones y sugerencias para armar una buena propuesta de contrarreforma. Pero lo más importante, esperar a que el presidente electo pase a ser presidente constitucional de la República y, entonces sí, que se den los pasos necesarios, donde seguramente los diputados morenistas tendrán el balón en su cancha.
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