El mérito de estos seis jóvenes fue que siendo cadetes del Colegio Militar no estaban obligados a enfrentar al ejército de los Estado Unidos en la batalla del 13 de septiembre de 1847, pero por patriotismo y valentía se quedaron junto con un batallón de 800 soldados. Es decir, ellos solitos no enfrentaron a los mil 200 soldados enemigos. Ahora bien, y aquí se rompe el mito, cuando la cosa se puso fea los jóvenes optaron por huir.
Tres de ellos, incluyendo a Juan Escutia, de quien la leyenda dice se arrojó envuelto en la bandera, fueron abatidos cuando huían por el jardín botánico. La verdad es que de poca ayuda resultaron los seis cadetes del Colegio Militar, pero la historia oficial los requería para insuflar en la juventud el espíritu patrio que tanta falta hace el 15 de septiembre.