Los senadores de la República en sexenios pasados eran de los que mejores sueldos gozaban. Pero no sólo eso, contaban con vales de despensa (como si los requirieran), vales de gasolina (aunque facturaban al Congreso), telefonía celular, gastos médicos, peajes, boletos de avión, mantenimiento del vehículo o vehículos y muchos otros servicios.
Los senadores de la República tenían decenas de asesores, chichifos, chichifas, secretarios, jardineros en nómina del Senado y hasta la servidumbre. En un país donde millones de mexicanos están en pobreza extrema eso era un insulto, una mentada de madre. Pues al parecer todo eso se va a terminar.
Y es que a partir de “ya” se eliminarán esos privilegios con el plan de austeridad que promueve Morena y que es parte de las promesas del presidente electo Andrés Manuel López Obrador. Esperamos que la Cámara de Diputados siga el mismo ejemplo y así también las dependencias gubernamentales. Este país necesita una verdadera sacudida y los servidores públicos que lo quieran ser deben tener vocación de servicio y no vocación de servirse.
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