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Periodistas responsables, periodistas irresponsables; algunos sufren delirio de persecución

Por supuesto que alarma al gremio periodístico enterarse que el hijo de un compañero está desaparecido. Por solidaridad, lo menos que podemos hacer es pedir a las autoridades que se avoquen a la búsqueda del hijo del compañero periodista. Al mismo tiempo estamos obligados a hacer eco de la solicitud del compañero y del deseo porque el hijo aparezca. Lo que no está bien y es completamente censurable, es que algunos pseudoperiodistas saquen conclusiones por adelantando echando culpas al gobierno por acciones que no les consta.

Existe una clase de periodista que sufre delirio de persecución. Se les poncha una llanta y fue el gobierno; ven un auto estacionado cerca de su domicilio y es el gobierno; les entran llamadas equivocadas y se sienten espiados por el gobierno; llueve y se mojan, es el gobierno. Algunos hasta exigen se les ponga una patrulla afuera de su casa, porque eso los hace sentir importantes.

Si bien hay periodistas que requieren de cierta atención y custodia, eso lo determina una comisión especial de la Fiscalía, o el Mecanismo de Protección para Personas Defensoras de Derechos Humanos y Periodistas. Pero echar a priori la culpa al gobierno por cada tropiezo que sufre un periodista es reprochable; eso no es de periodistas con ética.

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