Se esperaba que el reloj de 100 mil pesos que Alejandro Cossío puso en la Plaza Lerdo durara al menos los cien días que le restaban al gobierno de Miguel Ángel Yunes Linares. Bueno, ojalá hubiera durado al menos una semana para no hacer pasar vergüenzas al dizque empresario.
Pero el caso que ese reloj, que fue encendido con bombos y platillos, ya se descompuso; ya lo fueron a arrumbar por ahí, donde nadie se dé cuenta de su vergüenza. El día miércoles el gobernador Yunes Linares dijo que ese reloj de cuenta regresiva era inútil pues él tenía el suyo propio, uno que no se ha descompuesto, por cierto.
En esa misma ocasión, el gobernador reiteró que a Alejandro Cossío no se le iba a pagar nada, porque el gobierno nada le debe; el gobernador fue enfático, su administración no iba a pagar a “coyotes”. Poco le duró el gusto y el amago a Cossío, quien sólo se gastó sus 100 mil pesos (a ver si no quiere meter factura por eso) por un reloj tan “pirata”, como él.
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