Vaya manera de evadir una responsabilidad. Le pagamos a ingenieros, a peritos en estructuras, a ambientalistas para que determinen la viabilidad o no del Nuevo Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México y a pesar de lo que se les paga nos regresan la “bolita” a nosotros; nosotros que de aeropuertos sólo sabemos que hay que estar ahí dos horas antes de nuestro vuelo.
Pero si ellos, que son los expertos, no pueden tomar una decisión sabia, ¿nosotros por qué sí? Si bien el recurso de la consulta ciudadana puede ser un mecanismo interesante que democratice las decisiones de un presidente, hay decisiones que sólo pueden tomar los expertos, y el NAICM es una de esas decisiones que no se debe dejar a la consulta.
¿No será que se quieren amarrar el dedo? ¿No será que quieren eximirse de culpas? ¿No querrán eludir su responsabilidad para que a futuro la historia no los juzgue? Si se decide echar a andar el NAICM como va, y resulta exitoso, el monumento será para el pueblo; pero si se hunde, si no resulta, ellos no tendrán la culpa de nada, el pueblo fue el que decidió.
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