Este lunes comienza un nuevo ciclo escolar (2018-2019), muchos padres de familia se truenan los dedos para comprar los útiles escolares y pagar la cuota voluntaria. Otros más que preocuparse por lo que van a gastar, se preocupan cuando su hijo es repetidor. Que el niño haya reprobado de año es un indicativo del fracaso escolar. Esta situación estresa a los padres y expresa que hubo fallos en la relación escuela-familia, pues a menos de que se trate de un problema más profundo que requiera la atención de un especialista del aprendizaje, la intervención temprana de los padres es la clave para evitar que el niño repita año.
Esta situación lesiona la autoestima del niño y ocasiona un sentimiento de culpa, que llena de mucha tristeza y frustración a los padres. Y es que muchos padres olvidan que la escuela es la contraparte de la familia en el proceso de formación de los pequeños y no al revés, por lo que no deben delegar en un maestro o una institución la responsabilidad.
Señor padre de familia, si el maestro te cita, haz el esfuerzo por asistir; si te manda una nota, contéstala; si te pide tu opinión, ofrécela. Recuerda, lo más valioso que tienes, es ese pequeño. Ya de por sí carga con la pena de estar en otro grupo y grado más atrás de sus antiguos compañeros. Uniendo esfuerzos, con mucha comunicación y dedicación, la situación será más llevadera.
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