Jorge Flores Martínez / No lo sé, no lo conozco y su trayectoria como servidor público a la fecha no me dice mucho.
La referencia con la que cuento es que fue compañero de mi hermano en la secundaria y en la preparatoria, era buen estudiante y por lo que veo con conocidos que tenemos en común, es un buen amigo de sus amigos. El comentario que recojo en general, tanto de mi hermano como de otras amistades, es que es una persona noble, bien intencionada y con ideales bien forjados.
También sé que su familia tiene una larga tradición en la lucha de la izquierda en nuestro estado, y lo sé, porque en una ocasión su padre, Atanasio García, fue a ofrecerle a mi papá la candidatura por el PRD a la alcaldía de Xalapa.
Ese día, una vez que se retiró el papá de Cuitláhuac del consultorio, mi papá fue a verme tan pronto como pudo, tocó la puerta de mi departamento, y como en cada ocasión que se trataba de algo importante, se sentó, sacó sus cigarros, los puso sobre la mesa y me preguntó ¿Jorge, tienes café? Le conteste que si, le llevé una taza, su cenicero y me senté a su lado a esperar que iniciara con lo que tenía que platicarme.
Sin mediar el menor antecedente me dijo, acaba de ir Atanasio García al consultorio a proponerme la candidatura del PRD para la alcaldía de Xalapa, le dije que no puedo y le agradecí infinitamente que me honrara con ese ofrecimiento.
Yo de momento no supe que contestarle, era claro que no me estaba pidiendo opinión ni consejo, solo me daba aviso que no había aceptado. Tardé un poco en contestarle algo, las ideas pasaban por mi cabeza y no atinaba que decirle. Mi papá continuó y me dijo, la verdad es que tengo planes de seguir con unas investigaciones que tengo en proceso y quiero ir con tu mamá a ver a tu hermano.
Eran otros tiempos, ser candidato de un partido de oposición en Veracruz era casi una sentencia de derrota anticipada, se competía en condiciones de desigualdad que hoy nos parecerían completamente inaceptables y definitivamente, hacer una campaña así significaba un desgaste físico y mental mayúsculo.
Recuerdo que le conteste, me parece excelente y me da gusto que te hayan hecho el ofrecimiento, para mi significa mucho y estoy muy orgulloso.
Mi papá tomó un sorbo de su café, me miró un momento y me dijo, no soy de izquierda, no coincido en muchas cosas con ellos, aunque reconozco que en las que tenemos coincidencias es importante empezar a hacer algo pronto, este país ya no aguanta más.
De esto ya pasaron casi 20 años, es decepcionante pensar que lo que se tenía que hacer pronto haya tenido que esperar tanto tiempo. A la distancia, no sé si el país sigue aguantando o sin darnos cuenta esto ya reventó.
A Cuitláhuac solo le espera mucho trabajo, rodearse de los mejores hombres y mujeres y tener claro todos los días, de los próximos seis años, que el compromiso lo contrajo con los veracruzanos y con nadie más.
La mejor de las suertes al próximo gobernador.
Comentarios