Las actividades que se realizan en el IVEC son dardos que se lanzan al viento sin apuntar a ningún objetivo. Si no hay política cultural todos los esfuerzos que se lleven a cabo serán estériles, simples espectáculos fútiles, temporales cuyo único destino es el olvido. Es por ello que la dirección del IVEC requiere no de una persona bienintencionada, o de un artista que sea amigo de Cuitláhuac García. Enrique Márquez es amigo de la familia Yunes, un excelente músico, pero como administrador no tuvo las cualidades.
Para el Instituto Veracruzano de la Cultura se requiere de una persona que conozca cómo se desarrollan los procesos culturales en nuestro estado, que conozca a los protagonistas de la cultura en nuestro estado, que sepa de la necesidad de hacer públicos para que los eventos que se lleven a cabo no sean estériles.
No queremos un académico cuadrado y sectario de la UV, no queremos a un artista que explote su ego en la dirección, no queremos un editor dipsómano que hizo su carrera a costillas de un escritor famoso. En el IVEC hace falta una persona que durante muchos años se ha preocupado por la Cultura. ¿Quién es esa persona?