La Gaviota, última primera dama de México, come en los Campos Elíseos de París, a la vista de todos, pero no quiere que la graben

Quién entiende a la Gaviota, se sienta a comer en la terraza de un restaurante de los Campos Elíseos en París, Francia, a la vista de todos, y no quieren que la graben. Lo peor es que guaruras mexicanos, sin jurisdicción en Francia, amedrentaron al periodista Francisco Cobos, corresponsal de Univisión, y lograron eliminar el video que había grabado.

Afortunadamente la hija del periodista grabó el momento en que los escoltas de Angélica Rivera forcejeaban con su padre, al tiempo que a lo lejos se distinguía a la Gaviota muy quitada de la pena masticando su bocado, lo mismo que las hijas que tuvo con el Güero Castro.

La historia de la Gaviota termina de manera trágica. Una actriz que se presta para su peor papel, ser primera dama de México, esposa de uno de los presidentes más defenestrados de los últimos sexenios. La última primera dama que se prestó a encubrir a su marido y que quiso regañar a los mexicanos tratando de hacernos entender que ella, como actriz, ganaba lo suficiente como para comprarse una casa blanca de más de 54 millones de pesos.

Trágica la historia de la última primera dama de México, «el viejo maniquí donde probabas tú la seda y el chifón que llamó la atención a todo aquel que vio tu cuerpo de princesa».

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