«La educación inicial de los maestros ya no es únicamente responsabilidad de las normales, lo es también, a partir de la reforma, de las universidades. Hoy, cualquiera que tenga un título de licenciatura se puede presentar al examen para ser maestro, y si obtiene el puntaje adecuado, puede ser maestro», explicaba el entonces titular de la SEP, Aurelio Nuño Mayer, en marzo del 2006.
Este es un tema que no se puede juzgar a la ligera, tanto tienen derecho de trabajar los egresados universitarios como los normalistas. Sin embargo, sería bueno tomar en cuenta que un maestro normalista lleva asignaturas fundamentales, como la didáctica y otras de carácter socioemocional, para tratar a niños y adolescentes. Mientras que los universitarios, aunque llevan una formación con conocimientos duros más especializados, carecen de una formación curricular pedagógica.
No se ha definido aún qué es lo que pasara con los universitarios, lo cierto es que su aportación a las aulas no es nada despreciable. Debe haber un mecanismo donde puedan converger tanto universitarios como normalistas. Ya se verá qué decide el nuevo secretario de educación, Esteban Moctezuma Barragán.