Édgar Landa Hernández / Los que tenemos la dicha de continuar en este plano terrenal agradecemos infinitamente por la oportunidad de seguir recorriendo senderos en pos de la evolución.
Cuántos se han quedado en el camino sin la posibilidad de terminar de construir sus sueños y murieron con la esperanza.
Pero ¿qué es la esperanza? ¿Cómo encontrarle un mejor sentido a tan grandiosa palabra que conlleva un cúmulo de ilusiones? Es necesario encontrarle un sentido más profundo y elegir entre el bien y el mal.
Charlando con la gente que me encuentro, la visualizo más animada, anda optimista por lo que viene, atrás ha quedado la incertidumbre de palabrerías de miedo, de situaciones que no se llegaron a concretar y que únicamente era parte de la técnica gubernamental para que nuestra mente procediera en un orden colectivo.
Hoy la gente pone de su parte, quiere ser partícipe de los cambios que se avecinan, innovan, y rediseñan sus vidas en pro no solamente de ellos mismos sino de su prole.
Iniciar un mes más conlleva a prepararse, a redirigir nuestra ruta en busca de un lugar mejor, y no me refiero al confort material. Sino espiritual, que nuestro actuar reivindique los errores que se hicieron con antelación convirtiéndolos en aciertos en nuestro presente y con los pies bien puestos sobre la tierra, llenos de humildad y amor al prójimo.
Hoy es tiempo de abonar bien la tierra, para posteriormente cosechar de ella los frutos que nos has de brindar.