Marco Antonio Baños y Ciro Murayama, consejeros Electorales del INE, se sienten los amos absolutos de este organismo. Desde hace tres años, su colega José Roberto Ruiz Saldaña los acusó de ejercer funciones al margen de la ley y comandar un grupo que determina la vida institucional del INE. En otras palabras, este dúo dinámico siente que son los dueños del INE.
Y es que estos señores, según su comportamiento y declaraciones, se quedaron mal acostumbrados a las zalamerías del PRI y del PAN. Les caló duro la propuesta del que será el próximo presidente de la República de bajarles su exorbitante sueldo. Estos señores se están poniendo con Sansón a las patadas, al grado de orquestar, con la ayuda de sus “amigos” de hacienda, la dichosa multa contra Morena, según por no repartir el dinero para los damnificados.
Si estos funcionarios electorales pensaron que no tendrían respuesta, se equivocaron. El propio AMLO señaló que «los consejeros electorales no se midieron con la multa que le impusieron a Morena, dejando en entredicho nuestra honorabilidad… Lo que estimo más importante en mi vida es la honestidad, y no es posible que estas personas (actuaran) de manera irresponsable, con información de la Secretaría de Hacienda».
Así que ya salió el peine, hubo cruce de información entre la Secretaría de Hacienda y estos funcionarios. Por cierto, el mismo presidente electo mostró a la opinión pública tres recibos de donaciones a los damnificados. Ni hablar, como dijera nuestro finado Juan Gabriel, «pero qué necesidad».
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