Ni secretarios ni gobernadores ni senadores ni diputados y mucho menos los asesores de ninguno de éstos podrán ganar más de 108 mil pesos mensuales. ¿Les alcanzará? Y es que cada funcionario público tendrá que pagar la renta de su teléfono celular, su gasolina, sus guaruras (si decide tenerlos), sus comidas y cenas, sus bebidas y sus viajes de placer. Por supuesto se espera que todo lo relacionado con su trabajo sí correrá por cuenta de la dependencia para la que trabaje; pero hasta ahí habrá recortes.
Nada de botellas de 100 mil pesos en Vinissimo, o yo pago la cuenta de los periodistas que están a un lado. Si quieren quedar bien los funcionarios tendrá que ser de su propia bolsa. Esta circunstancia salarial va a evitar que se hagan filas de aquellos que quieren vivir y enriquecerse del presupuesto.
Por supuesto se van a colar algunos vivales que intentarán hacer de las suyas. Vamos a ver si el régimen de López Obrador y sus émulos gobernadores tienen voluntad para poner orden, para combatir la corrupción, aunque se trate de socios, amigos o familiares.
Comentarios