Ahora todo mundo tiene la certeza de que Andrés Manuel López Obrador y sus reformas sacarán a este país de la barranca; ahora nadie cree que sea un peligro para México, antes bien, como la polémica portada de Time dedicada a Peña Nieto, ahora López Obrador “Saving Mexico”.
La diferencia con Peña Nieto es que López Obrador está dispuesto a hacer una revolución administrativa como no se había visto nunca en este país: quitar las onerosas pensiones a expresidentes, eliminar fueros, bajar sueldos de altos funcionarios, quitar choferes y guaruras, acabar con gastos de comidas, bebidas y viajes ostentosos a servidores públicos de alto nivel, no dejar a ningún aspirante a la universidad sin lugar, dar becas y trabajo a los desocupados.
Por supuesto todo eso López Obrador lo estuvo pregonando durante años, lo estuvo proponiendo durante más de una década y nadie lo escuchaba porque los hombres del poder preferían un pueblo sumiso y aletargado; un pueblo agradecido con las sobras que ellos les arrojaban. La responsabilidad es mucha, no será fácil. Pero de momento, al parecer, todos se están poniendo de su parte.
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