El gobernador de Veracruz le propuso que esta zona «estuviera dentro del discurso, dentro de los planes del nuevo Gobierno, porque no ha sido referida como parte de los proyectos del nuevo Gobierno». De inmediato el presidente electo llamó a Alfonso Romo para que tomara nota. Así fue el primer encuentro institucional entre dos que fueron adversarios políticos, que durante la campaña se dieron todo.
El encuentro entre dos avezados políticos que saben que cada momento político tiene su principio y su fin y que los rencores o las venganzas sólo perjudicarían a las personas que representan. Cuando a López Obrador le preguntaron cómo había estado la reunión con los gobernadores contestó: «Fue una reunión sin malas intenciones. Muy bien con todos, incluido el mandatario de Veracruz».