Por ejemplo, quien había sido líder del PRI municipal, el “Pollo” José Luis Hernández, se sumó a su campaña después de traicionar las siglas que lo hicieron líder. Lo mismo sucedió con esa banda de las juventudes priistas comandadas por Sandro Gómez y el “Osito tequilero”, que no ayudaron en nada a la campaña de Yunes Márquez.
Otro que también se fue después de traicionar a la alianza Morena-PT fue Héctor Martínez Reyes, quien fuera candidato a la alcaldía de Emiliano Zapata. Ninguno de estos sujetos aportó nada; ellos sólo buscaban que el hijo del gobernador ganara para montarse en la tómbola del triunfo para ver qué les tocaba. La verdad es que, para obtener la victoria en una contienda, no se puede operar con traidores.