Cabe mencionar que Cuauhtémoc Blanco no es militante de Morena, y menos seguidor de López Obrador. El exfutbolista es sólo un personaje popular que ganó primero la alcaldía de Cuernavaca, y después de la persecución que sufriera por parte de Graco Ramírez, gobernador de Morelos, su popularidad creció.
Pero estos ejemplos muestran la actitud que tiene alguien a quien la gubernatura le cayó del cielo, y un presidente electo que se fajó durante años, que se preparó para ser un estadista, un líder que no busca confrontaciones, sino reconciliación.