Las elecciones mexicanas, entre el agravio y la esperanza

Enrique Peña Nieto

Hay una larga lista de agravios que deja el gobierno de Peña Nieto. La sociedad mexicana, sobre todo la compuesta por maestros, campesinos, estudiantes, burócratas, empleados y desempleados, lleva cuenta de los pendientes y de las facturas que sale debiendo el Gobierno Federal. La verdad histórica, que fue presentada por emisarios del presidente, fue una bofetada para los padres de los 43 normalistas.

La lasciva relación adulterina de las fuerzas reunidas en una cama de motel llamada Pacto por México, bloque que permitió que Peña y compañía avalaran y justificaran las rapaces reformas tanto educativa como energética, resultó en un verdadero recordatorio maternal para la mayoría de los mexicanos. Estos remiendos jurídicos sólo lesionaron la dignidad de los maestros y de millones de mexicanos que tuvieron que pagar más cara la luz eléctrica, los combustibles para los autos y el gas que usan miles de amas de casa para cocinar.

Pero eso no es todo, la Casa Blanca de su consorte, palacio que si vendiera se podrían hacer 100 casas de interés social, la impunidad para Rosario Robles, personaje principal de la Estafa Maestra, y qué decir de Emilio Lozoya, el recaudador estrella, para la propia campaña del presidente. Por todos estos agravios, tenga la certeza que hay razones suficientes para que los mexicanos salgan a emitir su voto, ya sea de premio o de castigo.

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