Paradójicamente, el día de la derrota más contundente de la selección mexicana en 30 años, ese día alcanza a pasar a octavos de final. Si se quiere ver el vaso medio lleno se dirá que México pasa gracias a los seis puntos que hizo en sus dos partidos anteriores; y tienen razón. Si se quiere ver el vaso medio vacío, México pasó gracias a que Corea del Sur le ganó al campeón de mundo, Alemania, con un contundente marcador de dos goles contra 0.
Ya en las redes sociales se inició un debate que pondera los logros de su selección y los que se decepcionaron por la goliza que les propinaran los suecos. Algunos piensan que esta derrota era necesaria para que los jugadores “divas” de la selección nacional, se bajaran de su pedestal y tocaran tierra.
Algunos, como el Chicharito, ya se sentían de la talla de Cristiano Ronaldo, quien desdeña a sus fans cuando éstos se quieren tomar una foto con él. Esta derrota será beneficiosa si los jugadores de la selección llegan menos confiados que en su juego contra Suecia, más concentrados, y menos “divas”. Otros de plano, al estilo del espurio Calderón, celebran que la selección pasara a octavos de final al «haiga sido como haiga sido».
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