La desesperación es la madre de las más grandes estupideces humanas. Y así se encuentran los que llevan la campaña de Ricardo Anaya. La pelea por el segundo lugar, a 10 días de la elección, ha hecho que los asesores de staff recurran a métodos priistas, como repartir tarjetas como las Soriana, donde por cierto la autoridad electoral resolvió que no se cometió ningún delito en el Estado de México, cuando éstas fueron repartidas por los tricolores.
Ricardo Anaya no se ha cansado de acusar al tabasqueño de ser un populista barato, sin embargo, sin pena, el candidato del Frente por México, escribe en la tarjeta: «Te escribo para saludarte y decirte que, cuando sea presidente, tendrás derecho a tener dinero siempre (DI Sí) de forma mensual y garantizada de por vida. Recibirán mil 500 pesos sólo por el hecho de ser mexicano».
Cómo ve a este candidato, quizás no ha hecho bien las cuentas, porque de entregarse esa cantidad a los 120 millones de mexicanos, implicaría un gasto al mes de 180 mil millones de pesos, aproximadamente el costo del Nuevo Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México. Ahora imagine esa cantidad multiplicada por un año; si eso no es populismo, entonces qué cosa es.
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