Mientras una familia alemana coloca la bandera de México en su hasta, en reconocimiento de la victoria de la selección de nuestro país sobre la suya, unos aficionados mexicanos se atrevieron a quemar la bandera de Alemania. Y todavía se atrevieron a cantar el Cielito Lindo, como si su acción grosera mereciera empuercar también una canción tan hermosa y tradicional en México. Es vergonzoso, y si bien no se puede encasillar a todos los aficionados en este ejemplo, sí es lamentable que nadie reaccione a estos actos bárbaros.
De acuerdo con un diccionario en línea, la civilidad es el comportamiento de las personas que cumplen con sus deberes de ciudadano, respetan las leyes y contribuyen así al funcionamiento correcto de la sociedad y al bienestar de los demás miembros de la comunidad. Pero hace mucho tiempo que en este país se eliminó la materia de civismo, esa que nos enseñaba a respetar nuestras leyes, a nuestros mayores, a nuestros vecinos, a nuestro prójimo.
Otro ejemplo claro de la falta de civilidad de algunos mexicanos es la insistencia del grito «Eeeehpuuuuto», que ya ha costado a la Federación de Futbol de este país dos millones de pesos. Ese grito se escuchó en el partido de México contra Alemania, y puede enturbiar la victoria de México.
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