Lo cierto es que, aunque algunos crean que estas detenciones son administradas por el actual gobernador, por los tiempos electorales, también caen bien en el ánimo de una sociedad agraviada por la falta de justicia, especialmente para aquellas que aún tienen la esperanza de ver a sus desaparecidos con vida.
Por el momento ya no se sentirá tan solo el viejo zorro mejor conocido como el Capitán Tormenta, que también le espera un largo futuro bajo la sombra, ya le hará compañía el Fisculín y quién sabe si en una de esas se ponen de acuerdo los dos para quitarse unos añitos de cárcel, desde luego, a costillas del antiguo patrón.