En muchas ciudades del país los aficionados al futbol salieron a las plazas públicas para celebrar el triunfo de México en contra de Alemania. Este triunfo les sabe bien a los aficionados porque se derrotó al campeón del mundo, pero también a un país que le ha puesto varios tropezones a la selección mexicana. El problema es que, junto con los aficionados, también salen a celebrar los pseudoaficionados, esos que buscan cualquier excusa para armar revuelta, para cometer desmanes, para destruir y buscar bronca a quien se les ponga enfrente.
Por ejemplo, en la Ciudad de México salieron a festejar familias enteras, con hijos pequeños. Pues al festejo también llegaron personas alcoholizadas que empezaron a vandalizar; algunos de estos vándalos hasta se quisieron subir al Ángel de la Independencia.
Cuando la autoridad los quiso retirar y les confiscó su alcohol, estos pseudoaficonados se fueron en contra de los policías y se armó la bronca. Como consecuencia, varias personas tuvieron que ser auxiliada por el Escuadrón de Rescate y Urgencias Médicas; tres jóvenes fueron remitidos al ministerio público.
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