Pero a quién se le ocurrió que Jorge Castañeda, decrépito de intelecto, ambiguo en la política, diestro en la traición, podría ser un buen asesor político. En los debates de televisión a los que se le invitaba se volvió en un verdadero palero que hizo a un lado todos los libros que leyó para sacar al matraquero que siempre fue. Lo hizo con Vicente Fox, publicando el libro La Herencia y Fox mordió el anzuelo.
Ahora, sino el peor, si el más vergonzoso de los enemigos de Ricardo Anaya, candidato de Por México al Frente, es Jorge Castañeda Gutman que en entrevista con The New York Times dijo de Anaya: «Él jodió a todos para llegar allí. Por otro lado, muchas personas intentan fastidiar a muchas otras y no llegan donde él está”. Esto confirma lo que Margarita Zavala, Ernesto Cordero y Javier Lozano dicen de Ricardo Anaya, que portó como un gandalla.
El mismo Castañeda agregó en esa entrevista: «En México, se supone que debes ser despiadado sin que nadie se dé cuenta», es decir, para llegar hay que ser un simulador. Esa expresión es la que mejor describe a un candidato acusado de lavado de dinero pero que se dice inocente; describe a un candidato que utiliza pruebas falsas y manipuladas para acusar a sus adversarios.
Por lo visto, Jorge Castañeda ya está alejado del grupo de asesores de Anaya; si de todos modos lo dejan entrar, después no se anden quejando.
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