Pues ya empieza el Mundial de Fútbol. Este jueves a las 10:00 de la mañana millones de mexicanos, ni que decir de todo el mundo, se desconectarán de la realidad para conectarse a la ilusión de la representatividad. 11 jugadores en la cancha representarán a toda una nación. Las derrotas de nuestra selección nos dolerán y las victorias nos llenarán de júbilo. Cada gol que meta la selección mexicana significará para muchos algo mejor que un aumento de sueldo o estrenar una prenda.
Para algunos, los goles que le metan a nuestra selección dolerán tanto como un rompimiento, tanto como una enfermedad o como una mentada de madre. 14 de junio, empieza el Mundial de Fútbol y con este torneo la catarsis colectiva de una nación que provocará litros y litros de dopamina, pero también de adrenalina.
En México no nos acostumbramos a las decepciones de una selección que sólo aspira a un quinto juego, nunca a una Copa del Mundo. Ese conformismo se lo han contagiado a millones de mexicanos que nunca cumplen su palabra, que dejan las cosas a medias, que les vale madres lo que pase a los demás.
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