Salvador Muñoz / Oír a Américo Zúñiga referirse a Cuitláhuac García y a Miguel Ángel Yunes Márquez como “Bodoques”, no me extraña, es parte del juego político que se vive en estas campañas. Ayer lo comentaba. Es tan así, que si Américo se encuentra con alguno de sus iguales de otro partido, y estoy seguro que también se topara con Yunes Márquez o el Gobernador, habría un saludo respetuoso, porque tanto Américo, como la mayoría de nuestra fauna política, eso son: ¡políticos! así que, si ya es mucha calabaza la que corre por las redes sociales entre defensores de camisetas de un bando y otro, para qué llevarlo a las calles.
Lo digo por el lamentable caso que vivieron brigadistas de la candidata de Morena, Rosa María Hernández Espejo, en el Predio 1, de la colonia Emiliano Zapata, en el Puerto, por parte de supuestos seguidores del PAN.
II
Platicando con una candidata a diputada del PRI, le preguntaba cuál había sido el recibimiento por parte de la gente a la hora de hacer campaña. Me dijo que, contrario a lo que esperaba (de puertas cerradas ¡o peor! oídos sordos), la gente era muy amable, escuchaba sus propuestas y hasta intercambiaban opinión. Lo que sí y lo dejó muy en claro, es que cuando veían alguna casa con lonas de Morena o algún otro objeto que motivara la idea que esa familia apoya a López Obrador, la instrucción a sus compañeros es ¡No acercarse allí! La razón: Hubo reacciones muy agresivas por parte de algunas personas que si hubieran dicho que eran testigos de Jehová o cobradores de Coppel, seguramente hubieran sido mejor recibidos. Aclaro… fueron dos o tres experiencias, pero ya no quisieron experimentar más… ¡para qué tentarle el agua a los camotes!
No es el único caso. Otra candidata, una de Nueva Alianza, me platicaba de la mala suerte que tuvo un grupo de sus brigadistas que se encontró con una comitiva de Morena: ¡los corretearon!
Ahora, seguidores del PAN, de acuerdo al comentario que acompañó un video, agreden a brigadistas de Rosa María Hernández Espejo.
Por cierto, en el carro que fue vandalizado por esos sujetos, iba Daniela, hija de Rosa María, quien apoya a su madre. Dany era parte de la avanzada como regularmente lo hace en esta campaña. Afortunadamente, todo indica que nadie salió lastimado aunque sí tuvo algunos daños la unidad.
III
Quien haya visto (que no oído) el debate de los candidatos a diputados por el distrito XIV en Veracruz, se habrá dado cuenta que unos, de manera directa y sin tapujos, soltaron los cubetazos, mientras que otros, sutiles, igual se dejaron ir con todo a las espinillas… eso, mientras era el debate, durante los recesos, haga de cuenta que no se habían dicho nada, ¡vamos! que parecían cuates desde siempre (con excepción de dos que de plano no se dirigieron la palabra en los recesos), pero una vez que entraban de nuevo al debate, ¡a darle que es mole de olla!
Recuerdo una anécdota que un amigo me platicó cuando Tío Fide lo citó en un gimnasio, no recuerdo si de Boca o del Puerto, y lo invitó a ver cómo practicaban lucha libre. Al cabo de un rato, mi amigo le preguntó a Tío Fide qué tenía que ver el pancracio con la política… el de Nopaltepec le dijo que ya en el espectáculo, se golpean, se insultan, se lastiman, pero abajo del ring, son amigos. Así es la política. Así debería ser la política… ¡y ojo! la batalla por el poder nos convida a todos, pero el ascenso al poder, nomás es para unos cuantos…
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