Ante la complicidad, negligencia y vulnerabilidad de algunos partidos políticos estos criminales amagaron a los dirigentes o se coludieron alegremente con ellos para obtener candidaturas. Estos criminales no se iban a esperar a que las elecciones las decidieran los votantes. Desde ya estos criminales están eliminando a sus contrincantes, ya sea de manera violenta, llegando incluso al homicidio, o de manera más “discreta”, comprando o metiendo miedo.
Es por ello que los electores, quienes quedarán solos ante la boleta electoral, harán bien en pensar su voto y no marcar a lo pendejo, como pide un candidato presidencial. Hay que pensar en cada candidato cuando votemos, y no votar sólo por votar.