Ahora, casi a punto de elegir nuevo presidente, los maestros se han dado cuenta que fue una mentira la promesa del presidente saliente. En los primeros días de gobierno se dio a conocer la Reforma Educativa. Este amasijo de leyes y propuestas copiadas a otros países, se metió a fuerza en el ánimo de los maestros con la ayuda de directores y supervisores afines al sistema priista.
Hoy, tanto Anaya como Meade dicen lo mismo que Peña Nieto. Sin embargo, ahora sólo muy pocos les creen. Hoy los partidos que avalaron el Pacto por México están cosechando lo que sembraron. El repudio a sus candidatos es evidente. Los maestros se han identificado, para bien o para mal, con el líder de Morena.
Es seguro que el grueso del magisterio vote por AMLO. Sólo algunos despistados y convenencieros seguirán queriendo que las cosas continúen igual. No obstante, seguirá siendo un misterio si el Gobierno Federal finalmente acepte su derrota y le deje el poder omnímodo de la presidencia a un hombre que, en estos momentos, tiene como aliados a la mayoría de los maestros.