Armando Ortiz / Dicen las buenas lenguas, que Ana Miriam Ferráez, antes de subir al templete, antes de que llegara Andrés Manuel López Obrador, paso a la farmacia del Dr. Simi que queda en la esquina de Enriquez y Lucio, a comprar unas tabletas de Vomisin, un antihistamínico muy efectivo para evitar las náuseas. Y es que usted recordará que la candidata de Morena a una diputación local, confesó, cuando era candidata del PAN-PRD a la alcaldía de Xalapa, que el “Peje” Andrés Manuel López Obrador le daba asco. Y como el día martes lo iba a tener muy cerca, pues la señorita candidata no quería que le fuera a ocurrir un accidente. Se imagina usted la escena: Se acerca AMLO a Ana Miriam, esta se lleva la mano a la boca para contener el vómito, pero no lo puede contener y baña al candidato presidencial. Aparte del terrible “oso” que iba a cometer, pues todo mundo iba a creer que eran ciertas las versiones de su pasado alcohólico. Para evitar eso se tomó sus tabletas de Vomisin; ya sabe usted, “mujer prevenida vale por dos”. Por cierto, si a alguien abuchearon con ganas en el mitin de López Obrador fue a ella, a la ascosa de Ana Miriam Ferráez.
¿Ya porque AMLO los perdonó, los empresarios “chupasangre” dejarán de serlo?
Finalmente, Andrés Manuel López Obrador se reunió con los miembros del Consejo Mexicano de Negocios. Entre los presentes estuvo Germán Larrea, Emilio Azcárraga Jean, Alejandro Ramírez, Claudio X. Gonzalez y Juan Pablo Castañón, presidente del Consejo Coordinador Empresarial. Al parecer en este encuentro se limaron las asperezas, entre todos compartieron el pan y la sal; hubo respeto y diálogo, pero sobre todo acuerdo. AMLO prometió que en caso de ganar la presidencia gobernará para ricos y para pobres, y dejará de descalificar a los empresarios llamándolos parte de la mafia del poder; es decir, como si fuera cena de Pentecostés, AMLO los ungió con aceite de oliva y los volvió santos. ¡Patrañas! Por mucho que se hayan ido a disculpar con López Obrador, por mucho que hayan doblado las manitas, los pinches empresarios “chupasangre” lo seguirán siendo y su vocación de explotadores no se les va a quitar tan sólo porque el posible presidente de México ponga las manos sobre su cabeza. Esperemos que López Obrador no haya hecho compromisos en lo oscurito, como mantener la exención de impuestos, o brindarles las mismas facilidades para seguir explotando nuestros recursos naturales sin dar nada a los mexicanos.
¿Voto parejo a Morena como pide López Obrador? ¡Por supuesto que no!
Andrés Manuel López Obrador estuvo en Xalapa, capital de Veracruz. Llenó el centro histórico de la ciudad, aunque nadie se atrevió a dar una cifra exacta, para que no los contradijeran. Por supuesto llegaron acarreados, como sucede en los mítines de todos los partidos, pero la gran mayoría fueron xalapeños convencidos de que López Obrador puede ser un buen presidente. Cabe recordar que, en las elecciones presidenciales de 2012, todas las casillas de Xalapa fueron para López Obrador. Previo a la llegada de AMLO se escuchó la voz de sus candidatos a diputados locales y federales, algunos hasta ese momento unos completos desconocidos. Algunos de ellos sin ninguna experiencia política, sin experiencia en la función pública. Algunos de ellos sólo simples bienintencionados, afortunados que se sacaron la lotería con una candidatura. Pues por esos candidatos Andrés Manuel López Obrador pide que votemos a ciegas, pues pide voto parejo. Lo que pide AMLO es una aberración democrática, es la anulación de la voluntad, es el sectarismo puro exigiendo una devoción irrestricta. Se puede creer que López Obrador puede ser un buen presidente, porque su trayectoria así lo certifica. Pero sus candidatos a diputados son improvisados, algunos hasta han sido apresados por sus vínculos con el narcotráfico. No debería pedir AMLO un voto parejo, eso lo convertiría en el tirano que tanto pregonan sus enemigos.
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