Jorge Díaz Bartolomé / La historia de los bomberos es tan antigua como la historia de la humanidad, partiendo de la premisa de que el hombre conocía el fuego y sus beneficios, así como el daño que podía causar a los seres vivientes o bienes materiales
No existen registros que señalen incendios provocados por antorchas y fogatas usadas para iluminar las calles en las ciudades prehispánicas. Durante la conquista, las autoridades españolas ordenaron a los indígenas realizar precisamente la labor de “bombero”, algunas investigaciones mencionan que en 1527, ya existían grupos dedicados a intervenir los siniestros, éstos eran encabezados por soldados españoles.
Durante la Colonia, el virrey Antonio María de Bucareli expidió el primer reglamento contra incendios donde se destacaba que las personas dedicadas a elaborar fuegos artificiales se establecieran alejadas de la ciudad, que la alerta de fuego tenía que ser dada por toque de silbatos y repique de campanas y que los “aguadores” tenían que acudir al primer llamado.
Fue en 1790 que el conde de Revillagigedo elaboró un reglamento con las medidas necesarias para la prevención de incendios. En el México independiente, pasaron décadas sin que sucediera algo relevante en el cuerpo de bomberos, hasta 1862, que se crea un nuevo reglamento con los siguientes puntos: “Será obligación del Comandante de Bomberos considerar la magnitud del incendio, salvar en primer lugar a las personas, en segundo lugar a los animales, en tercer lugar papeles y documentos de importancia, en cuarto lugar alhajas y objetos valiosos, en quinto lugar los muebles y en sexto lugar los edificios. La salvación de las personas se tendría que realizar en el siguiente orden: primero los niños, segundo los ancianos, tercero los enfermos e imposibilitados, cuarto los demás. La salvación de los animales de la siguiente manera: primero los perros, segundo los caballos y mulas y después todos los demás”.¹
Poco antes de terminar su primer periodo presidencial, Porfirio Díaz, ordenó en 1880 mejorar el equipo de bomberos. A su regreso al poder en 1884, el organismo había adquirido mayor formalidad, prestigio y reconocimiento. Gracias a esto, el 20 de diciembre de 1887, el Cuerpo de Bomberos pasa oficialmente a formar parte del Ayuntamiento de la Ciudad de México.
Durante la Revolución, el Cuerpo de Bomberos, además de realizar sus tareas, participó en la Marcha de la Lealtad, en apoyo al Presidente Francisco I. Madero efectuada el 9 de febrero de 1911. En 1914 se dotó a los bomberos de los primeros vehículos de combustión interna, dejando atrás el uso de mulas y caballos; pero esto no se dio en provincia hasta la primera mitad del siglo XX.
Concretamente hablando de Xalapa, el 15 de junio de 1938, en un local ubicado en la calle Lerdo Nº 19, que ocupaba la Cámara de Comercio e Industria de Xalapa, se desarrolló una sesión de trabajo muy importante, su tema principal fue la creación de una compañía de bomberos. Ante la falta de intención de crearla por parte de las autoridades, se decide hacerlo por parte de la sociedad civil; sin embargo en esta reunión se encontraba el entonces Presidente Municipal don Ernesto Ortiz Medina y aunque estaba al frente de la comuna, no tenía el poder económico para crear el Cuerpo de Bomberos. Lo acompañaron los señores Andrés V. Barrientos, José M. Domínguez, Ricardo Jiménez Guerra, Sergio Suárez Peredo, Ramón Gorbea, Fructuoso Cortés Elías , J. Grayeb, José Piñero, Samuel García, Guillermo Tamborrell, Arturo F. Bretón, Cesáreo Gutiérrez, José Rodríguez y Lauro Zubizarreta.
Don Ernesto Ortiz Medina que actuaba como moderador de la sesión de inmediato propuso se conformara un comité organizador para que a este proyecto se le diera forma, el mismo Ortiz Medina fue designado por unanimidad como el primer presidente del H. Cuerpo de Bomberos.
El primer comandante al que se le acreditó con un nombramiento y que para ello se consideraron varias opciones, fue el señor Alfonso Flores Bello, con fecha 3 de octubre de 1938 fecha que fue tomada como la fundación del Heroico Cuerpo de Bomberos de Xalapa. Contaban con un escaso equipo y técnica rudimentaria, tales como 8 palas, picos y piochas, 10 cubetas de lámina de 20 litros, dos extintores de mezcla agua soda y 2 de espuma, con algunas cuerdas. Sus primeras instalaciones estuvieron en la calle de Victoria No. 12 y no fue hasta 1954 cuando se reconstruyen dentro de las instalaciones del Cuartel San José su nuevo espacio, lugar donde estuvieron 28 años.
Durante el gobierno del licenciado Rafael Murillo Vidal, fue donado un terreno al Patronato de Bomberos de Xalapa en la calle Tantoyuca y que posteriormente cambiaría su nombre por el de Ernesto Ortiz Medina en honor a su fundador. Cabe mencionar que la calle que se encuentra a un costado del cuartel San José, se llama Alfonso Flores Bello, también en honor a el primer comandante que tuvo esta corporación.
Una organización que ha pasado muchas vicisitudes, pero siempre tendrá nuestro más amplio reconocimiento.
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