Más de 60 millones de pobres, bajar su índice será el reto del próximo presidente

Pobreza FOTO: WEB

Hay una diferencia sustancial entre la pobreza y la miseria, aunque el hilo que la separa es muy delgado. La primera permite que una familia viva con un salario mínimo. Sin embargo, en la miseria no hay un empleo fijo y se trata de sobrevivir con una sola comida al día.

La miseria es esa pobreza extrema que hace que el hombre pierda casi toda posibilidad de tener dignidad y que hace que la felicidad sea para él prácticamente inalcanzable. No hay duda de que la pobreza y la miseria son una parte muy importante del mismo, pero, de alguna manera, aquí se vive como algo natural.

Resulta una paradoja que la pobreza extrema disminuyó en el país, pero el número de pobres aumentó, de acuerdo con el Consejo Nacional para la Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval), la pobreza aumentó en 3.9 millones de personas; al mismo tiempo 2.9 millones de personas dejaron de estar en situación de pobreza extrema, sin embargo los efectos vienen siendo casi los mismos.

Ese es el reto para el próximo presidente, un reto que no pudo cumplir el gobierno de Enrique Peña Nieto y su gabinetazo, y que seguramente vendrá siendo una verdadera proeza de resolver, ya que en el país hay más de 60 millones de pobres.

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