La insistencia de los candidatos del PRI y del Frente por México por relacionar al candidato presidencial de Morena con la situación de Venezuela, es comprensible cuando conocemos a fondo la situación que atraviesan los gobernados por Nicolás Maduro. Según un estudio del Centro para el Desarrollo Internacional de la Universidad de Harvard, desde 2013 la producción por habitante ha caído un 45 por ciento.
Par entenderlo mejor, hace un año, un venezolano con salario mínimo necesitaba trabajar casi una jornada entera de trabajo, 7 horas y 24 minutos, para comprar un kilo de pollo. Ahora, para conseguir el mismo producto, el mismo trabajador tiene que dedicar 88 horas: lo que equivale a 11 días completos. En 2014, ocho de cada 10 familias venezolanas compraban pollo semanalmente. El año pasado (últimos datos disponibles), sólo tres familias pueden hacerlo.
Ahora entiende usted el afán del PRI y del Frente por México por crear una psicosis entre la población mexicana, para inyectar la creencia que la situación venezolana puede ser una realidad si votan por «ya sabes quién». Lo que se les olvida es que el chavismo engendró esta situación en Venezuela desde hace décadas, igual que el PRI y el PAN con sus políticas neoliberales en México.
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