Leer a otros es un acto de generosidad, es una acción social que tiene como propósito un acercamiento, tiene como propósito crear vínculos, romper barreras, abrir ventanas que miren al horizonte. El fomento a la lectura está basado en ese acto generoso de compartir lo que tanto deleite nos ha causado.
¿Qué pasa cuando el buen lector se siente tocado por el poema, por el relato, por algún personaje o pasaje de una novela? El buen lector siente ese deseo vehemente por compartir esa experiencia luminosa, eléctrica; esa experiencia que se le queda tatuada a uno en la memoria ya sea en forma de palabras, ya sea en forma de imágenes.
Pero leer a otros no sólo implica el dar, también el recibir. La empatía que la lectura causa es una experiencia que retroalimenta. Porque el que lee generosamente advierte la felicidad y el contentamiento del otro y esa sensación de felicidad del otro nos alcanza y nos ilumina por dentro.
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