Ricardo Anaya sí se ve presidenciable, sin embargo, no sube lo que él quisiera en las encuestas. ¿Por qué? Porque millones de votantes advierten la falsedad de su discurso, porque no creen que un candidato, que no puede explicar su riqueza, sus ingresos (hoy la revista Proceso le vuelve a dar duro a Anaya sobre el tema de sus ingresos) son más de lo que el reporta; su riqueza acumulada es más de la que él presume, sus vínculos con el lavado de dinero lo persiguen como una sombra negra.
Por ello, Ricardo Anaya debe seguir con la misma estrategia, mentir, mentir que finalmente es lo que le está sumando incautos, incautos y seguidores que se nutren de las mentiras.