La llamada boda el año fue trasmitida para todo el mundo, pero al parecer en México tenemos cosas más importantes que ver a un príncipe casarse, porque la boda de Harry con Meghan no generó mucho interés. Quizá esto se deba a que ni Harry ni Meghan han generado escándalos suficientes como para que se despierte el morbo de los mexicanos; quizá, para aumentar la audiencia de la boda en televisión hizo falta la sospecha de una infidelidad, algún escándalo o alguna intriga que señale que la boda es sólo una fachada para cosas más oscuras.
Pero no, al parecer los jóvenes que se casaron son personas tan normales como cualquier otro matrimonio; con la salvedad de que ellos tienen palacios, carruajes reales e invitados muy especiales.