El segundo debate podría ser una lápida para Meade o podría ser una tabla de salvación que le permita seguir en la contienda de manera digna. Sea cual sea el resultado del debate, es seguro que el equipo de Ricardo Anaya de antemano lo dé como ganador. Eso con la intención de colocarlo en la palestra del respetable electorado como el héroe que vino a destrozar al candidato que era un peligro para México.
Sin embargo, siendo realistas, los indecisos y mucho del voto duro de AMLO podrían darles una desagradable sorpresa a los adversarios del candidato de Morena. Prueba es que el tabasqueño no ha bajado ni un punto en las preferencias del electorado. No obstante, ya falta muy poco para el primero de julio y entonces podremos salir de dudas.