Los que aún se limpian las heridas son los candidatos a gobernar la Ciudad de México. Sobre todo, Claudia Sheinbaum, favorita para gobernar la capital, quien se convirtió en el blanco de la mayoría de los participantes. Fue el objetivo de Alejandra Barrales y de Mikel Arriola. La que se vio como una fajadora callejera fue precisamente Alejandra Barrales. Lo peor del momento se vio cuando ésta sacó una grabadora con un audio de un supuesto padre de familia reprochándole a Sheinbaum su parca participación en la solución de los damnificados de los sismos.
«Vamos a luchar para que esas familias tengan justicia», insistió Barrales apuntando como responsable principal de lo sucedido a Sheinbaum. «No utilices una tragedia como centro de una campaña electoral, es vil», le espetó la aspirante de Morena a su principal rival.
Por otro lado, Mikel Arriola, con un dato no muy acertado, le reclamó a Barrales su enriquecimiento ilícito y la pertenencia de unos departamentos. No se vieron las propuestas concretas, tal vez por algún momento, Purificación Carpinteyro, del partido Nueva Alianza, aprovechó para prometer sin miramientos una solución: «Te garantizo que siempre tendrás agua en tu casa». Pues por lo mientras, la Sheinbaum sólo se llevó un raspón.
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