Andrés Manuel López Obrador es la incómoda alternativa para recomponer la situación caótica que ha dejado el gobierno de Enrique Peña Nieto. El líder de la izquierda mexicana presenta una línea de política pragmática y camaleónica, que le puede permitir llegar a la presidencia de la República. No es una tarea fácil luchar contra años de colonialismo priista. Es cierto que en el año 2000 hubo una simulada alternancia con Vicente Fox, pero ésta sólo acrecentó la desilusión en todo el país.
Por esa razón las masas del país están con AMLO, él es el enemigo a vencer, él es el enemigo de las inversiones, el Coco que impedirá que los niños aprendan inglés. Para los mexicanos, especialmente para aquellos que están desempleados, o para las amas de casa que se enfrentan a los altos precios del gas doméstico, o para los millones de mexicanos que dejan gran parte de su quincena en las gasolineras por los altos precios del combustible, AMLO es la única alternativa que podría cambiar su situación.
Desgraciadamente el engranaje de la corrupción ya se está moviendo para impedir la llegada del tabasqueño. Resulta inconcebible para el PRI que venga el peor enemigo del sistema, a conocer los peores secretos del sistema gobernante. Por eso, tanto el presidente y sus incondicionales hacen todo lo posible para que no llegue el tabasqueño a la presidencia, para ellos eso significaría el ostracismo y, finalmente, la cárcel.
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