Todo indica que ya se iniciaron los preparativos para lo que podría ser el fraude electoral de 2018. Quienes vivieron las elecciones de 2006 y 2012 saben que el primer acto de un fraude electoral da inicio con la guerra de encuestas. Muchas encuestadoras esperan este momento, al parecer las mismas de siempre que se prestan para alterar las cifras de manera por demás arbitraria.
En este caso no importa que el candidato puntero de un día para otro baje 20 puntos porcentuales, o que el candidato que va en tercer lugar se ponga a tiro de pájaro del puntero. En el caso de algunas encuestadoras se cumple el dicho: «Con dinero baila el perro». El que en algunas encuestas pongan a Ricardo Anaya a cinco puntos de López Obrador no debería causar contento en el equipo del panista, pues la encuesta está diseñada para poner a José Antonio Meade a cuatro puntos porcentuales de Anaya y a nueve de López Obrador.
La próxima encuesta la distancia entre Meade y Anaya se reducirá o de plano se anulará, porque para alcanzar a López Obrador, lo primero que se debe hacer es rebasar a Anaya.
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