En este mundo traidor, nada es verdad ni todo es mentira, todo depende del cristal con que se mira. La frase, conocida por Ley Campoamor se basa en el texto del famoso poema de Ramón de Campoamor. En éste se da a entender que no todo es lo que parece. Esto viene a razón de un reportaje en la revista Gatopardo, donde pinta a Claudio X González como un pan de Dios, bueno, casi-casi como la rencarnación de San Francisco de Asís.
Lo que este reportaje omite es que, este señor es uno de los más férreos defensores de la Reforma Educativa, quien por cierto se siente dueño intelectual de la misma. Este personaje es hijo de Claudio X González Laporte, uno de los empresarios más respetados de México y que fuera presidente de Kimberly-Clark de México por más de cuatro décadas.
Tanto padre como hijo han sido históricamente cercanos al Partido Revolucionario Institucional (PRI). Esta cercanía con las esferas del poder político lo llevó a formar parte del servicio público durante casi una década, trabajando en la Presidencia de la República y en las Secretarías de Agricultura y del Trabajo; incluso formó parte de las negociaciones del Tratado de Libre Comercio.
Por esa razón, no nos sorprende que mande a sus esbirros a protestar a San Lázaro y quiera imponer su propia agenda a los candidatos presidenciales. El supuesto dueño de Pejeleaks y Mexicano Digital hace guerra sucia contra AMLO cuando ve amenazados sus intereses. Está en su naturaleza.
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