Juan David Castilla Arcos / Xalapa, Ver. La banda Plastilina Mosh realiza mezclas creativas para intentar olvidar el “mugrero” registrado en el país por la violencia y el proceso electoral 2018.
Alejandro Rosso y Jonás González dieron conferencia de prensa en el Complejo Deportivo Omega para anunciar el magno concierto de clausura de la Feria Internacional del Libro Universitario (FILU) 2018, a realizarse el próximo domingo 6 de mayo, en la Sala Emilio Carballido del Teatro del Estado Ignacio de la Llave.
El grupo musical originario de Monterrey, Nuevo León, con influencias de jazz, hip-hop, música electrónica y otras corrientes musicales, combinará sus sonidos con la Orquesta Xalli Big Band de la Universidad Veracruzana (UV).
Alejandro Rosso externó su preocupación por el asesinato de universitarios en distintos estados de la República Mexicana.
Y es que el pasado 5 de abril, tres estudiantes de la Universidad Autónoma de la Ciudad de México (UACM) fueron asesinados por un grupo armado.
«También ha ocurrido en Monterrey. Pues bueno no permea sólo en lo universitario, sino en la sociedad en general, es una situación que no es grata para nadie. Podemos tener una opinión, creo que sería muy similar a la de gente común, qué triste que pasa», expresó Rosso.
El artista se dijo “optimista” y consideró que las condiciones de seguridad podrían mejorar en el país.
«Teniendo la oportunidad de viajar a otros países, que han tenido previamente periodos o etapas en donde algo similar pasó y luego ver cómo se recuperan, como Colombia y cómo la sociedad salió adelante, ahora vas a Medellín y está la gente cantando con guitarras en la calle, en la noche, antes no podías ni salir del hotel sin un guardia».
Alejandro Rosso consideró que “falta mucho por hacer” para que mejoren las condiciones de seguridad en el país.
«Es un tema tan grande, tan escabroso, más en un año electoral, por eso Jonás y yo estamos haciendo juntos cosas creativas para olvidarnos de todo ese mugrero».
La banda admitió que es la primera vez que tocarían con una orquesta.
«Habíamos, en ocasiones, hecho algunos arreglos para unas canciones y en el estudio habíamos invitado secciones de viento, pero igual todo se graba por separado, entonces no habíamos tenido la oportunidad de oír todo el ensamble y disfrutarlo de tal manera, al grado de que en el ensayo hubo momentos donde ni guitarra, ni voz, nada más me ponía a escuchar», enfatizó Jonás González.
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