Lo repetimos porque siempre hace falta, la Libertad de Prensa no es lo mismo que la Libertad de Expresión. ¿Están vinculadas?, por supuesto, la misma UNESCO lo reconoce: “La libertad de prensa, sin ninguna duda, es un elemento central del derecho más amplio a la libertad de expresión”. La Libertad de Prensa se basa en las garantías con las que cuentan los ciudadanos para organizarse y editar algún medio de comunicación cuyos contenidos no estén controlados ni censurados por los poderes del Estado.
En sí es el derecho a que toda persona pueda publicar sus ideas libremente y sin censura previa. Este 3 de mayo, día de la Santa Cruz, en todo el mundo se conmemora la Libertad de Prensa. Una libertad acotada por supuesto, una libertad que se ha convertido en libertinaje, incluso en concubinato. El Estado siempre se ha valido de la Prensa para conseguir sus fines. Precisamente el día de hoy se debería debatir esa relación Prensa-Estado; se debería dejar muy claro que los medios de comunicación son coadyuvantes de esa obligación constitucional que tiene el Estado que es la de informar sobre sus actividades.
La prensa no debería ser cómplice y mucho menos rendirse, como sucediera en el sexenio pasado, a los pies del gobernante. Pero para eso se requiere una prensa libre, y eso, al menos en este país, difícilmente sucederá.
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