En esta vida, todos los seres humanos tenemos la necesidad de creer en algo, o en alguien; los científicos creen en la ciencia y en el método científico. Pero cuando se trata de religión o fe, el ser humano tiene una diversidad de creencias. En México, un país predominantemente católico, ha crecido la creencia y adoración a la Santísima Muerte.
Se caracteriza por ser un esqueleto, ataviado por mantos de color rojo o negro. Algunos le llaman la “niña blanca”, “la negra” o “la justiciera”. El culto a la Santísima Muerteva acompañado de pulseras, escapularios, inciensos, puros y lociones fuertes. En México no hay reconocimiento oficial por la Secretaría de Gobernación.
Algunos feligreses y seguidores de este culto aseguran que es muy milagrosa, sin embargo, aclaran que así como da, quita. Lo cierto es que este culto tiene mucho arraigo entre narcotraficantes, prostitutas y entre las clases marginales del país. No obstante, cada quien es libre de ejercer la religión que mejor le plazca, siempre y cuando, no se dañe a terceros.
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