Las encuestas que se publiquen esta semana seguramente mostrarán un pequeño movimiento que pondrá de muy buen humor a algunos y de muy mal humor a otros. Como se había advertido la tendencia es a que los números se muevan muy poco. Por ejemplo, la encuesta que publica Reforma muestra a un López Obrador que sigue a la cabeza, con un 48 por ciento de las preferencias, otras ya lo muestran rebasando el 50 por ciento. Ricardo Anaya sube cuatro puntos porcentuales que son como bálsamo de Galaad, pero por supuesto tampoco es el bálsamo de Fierabrás, ese que decía don Quijote que, si una espada te cortaba a la mitad, con ese bálsamo que reconstituía completo; Anaya llega a 30 por ciento.
Para el infortunio de los priistas, José Antonio Meade baja un punto porcentual quedando en 17 por ciento. En este momento López Obrador está pidiendo que el tiempo corra lo más rápido posible, no sólo porque se le pueda ir acercando su más cercano contendiente, sino porque la “guerra sucia” implementada por los empresarios “sucios”, puede permear en la mente débil de los mexicanos.
¿Qué miles de mexicanos tienen una mente débil? En 2006 hubo personas que viviendo en patio de vecindad votaron por Calderón temiendo quedarse sin hogar cuando llegara López Obrador a la presidencia; hoy esos spots dirigidos a los imbéciles, donde a una mujer le roba el sueño que llegue López Obrador porque no va a dejar que su hijo aprenda inglés. Los empresarios “sucios” ofenden a los mexicanos con esas pendejadas.
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